EXCELENTE COMIENZO EN OMAN… Y LUEGO EN LA NEVERA BELGA BAJO CERO

 

Bronceado y sonriente, Davide Martinelli acaba de volver desde el Tour Of Oman donde participó en la carrera por etapas, una prueba con un recorrido bastante variado y un final de montaña, justo arriba de Green Mountain. 6 etapas, que han llegado a distancias de hasta 179 km. Definitivamente una muy buena ocasión para entrenar y una experiencia que ha dejado Davide, que ha acabado in crescendo la prueba árabe, con muchas certezas. Vamos a entender mejor las emociones y las mejoras físicas del corredor lombardo.

 

“El debut siempre me parece un momento genial de la temporada, especialmente si lo haces a unos 30° de temperatura, en condiciones óptimas, a las que te acostumbras enseguida y en las que no te importaría seguir corriendo durante todo el año. Después las primeras dos etapas el pelotón se ha movido hacia el interior del país y ahí la temperatura ha subido hasta los 35°. Durante los primeros días he tenido que proteger la piel con un bloqueador solar con un factor 100 y evitar el riesgo de quemaduras, después he bajado hasta un factor 50. Un trabajo meticuloso ya que había que tener cuidado también con los orificios de ventilación del casco, que dejan pasar los rayos sobre la frente”.

 

La carrera siempre hace de juez severo, capaz de poner las cosas en claro para los atletas. “De hecho estaba compitiendo con ciclistas que llegaban de Australia y Argentina. Y visiblemente durante la primera parte de la prueba tenían algo más en las piernas. Cuando te quedas preparándote en tu país y haces tras moto, no consigues replicar al 100% el ritmo de la carrera y un golpe de pedal constante durante todo el día. Después de casi una semana de competición, la situación ha cambiado bastante y, como decías, he acabado la carrera en un estado de forma mucho mejor, y esto es una buena señal”.

 

La gestión del trabajo y las precauciones representan algo esencial: “Lo cierto es que, de vuelta a Italia, hay que tener cuidado para no ponerse enfermo. Hay un cambio de temperatura de unos 30°. El cuerpo se acostumbra rápido al clima bueno y se relaja. Por esta razón, de vuelta a los 5° de Lombardía, tienes que tener cuidado. Para evitar cualquier enfermedad, salgo a rodar con más ropa puesta de lo que haría normalmente”.

 

Lo que le pasa al cuerpo durante una carrera por etapas cuando la temporada arranca se explica de la siguiente forma.

 

“Sin duda, como yo ya estaba en buena forma, he conseguido llevar mi condición muy cerca del pico de forma del año pasado, que entonces estaba alrededor de unos 390 watios. Esto quiere decir que estoy creciendo desde el punto de vista del desarrollo físico. Creo que sea posible mejorar en un 2% cada año, hasta llegar a la plena madurez de los 28-30 años de edad. ¿Qué es lo que tengo más de lo que tenía en 2017? Sin duda una grande vuelta y dos temporadas como pro en las piernas ¡Os podéis imaginar la experiencia acumulada que un atleta experto como Valverde puede tener!”.

 

Volvamos a tu prestación y a las mejoras de tu condición. “En Omán he conseguido también aguantar esfuerzos muy fuertes que se alternaban con otros muy intensos y prolongados. Por ejemplo, He grabado una sesión en que estábamos rodando alrededor de los 450 watios durante unos minutos. Se trata de esfuerzos que es difícil replicar cuando se entrena. Hay que añadirle que, encima, este tipo de trabajo dura por todo el tiempo que dura la carrera. Como siempre digo yo, el nivel del World Tour es muy alto y hay que llegar preparados”.

 

Ahora mismo, ¿está tu condición mejor o peor de lo que estaba antes? “Los parámetros indican que estoy bien, creo que voy por el 85-90% de mi forma e intentaré mantenerla por un tiempo. Luego, cuando estaremos más cerca de las citas importantes, de acuerdo con mi equipo, añadiremos unos 15-20 días a tope, con entrenamientos todavía más intensos y largos para llegar al 100% de la condición. Esto es lo que podría pasar antes del Giro, si voy a ser convocado. Por ahora el equipo no ha decidido todavía si voy a participar o no.

Los parámetros en sus valores absolutos no pueden tampoco crecer más porque por ejemplo si nos fijamos en el gráfico de los watios medios, descubrimos que se mantuvo constante, tal vez incluso en ligero decremento. Pero hay que interpretar de manera correcta esos datos. De hecho, si durante las primeras 3 horas es cierto que ha habido continuidad en la distribución de los watios, hay que tener en cuenta que durante la última hora hemos forzado, con intensidades máximas que luego nos permitirán marcar la diferencia. Ahora siento que tengo un golpe de pedal diferente a lo de cuando me fui a Omán. La verdadera habilidad ahora está en la gestión de la preparación. Tan pronto como regresé, hice un par de días de recuperación activa.

 

Elegí los rodillos para cuando llovía y también salí a rodar duro el miércoles: no había tiempo para llevar a cabo un entrenamiento doble o triple (dos – o tres – días de carga seguidos, N. del E.) porque el sábado y el domingo pasados he competido en Francia, con muchísimo frío, mientras que mañana estaré en la línea de salida en Bélgica en la clásica Le Samyn y la previsión del tiempo parece ser de -2/-5° ¡tal vez incluso -10°! ¡Nada mal, mi vuelta a Europa!”